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CDMX SIN JUSTICIA Y SIN VERGÜENZA

  • Foto del escritor: jmramirez7
    jmramirez7
  • 8 dic 2022
  • 4 Min. de lectura

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Nunca, en ningún gobierno neoliberal o no, anterior al de la 4T encabezado por Claudia Sheinbaum, la Ciudad de México se había quedado sin administración de justicia. Con ningún presidente del Tribunal Superior de Justicia los ciudadanos nos habíamos quedado sin acceso a la administración de justicia, hasta ahora con el siervo de la 4T Rafael Guerra Álvarez.


Del 2019 a la fecha, no es la primera ocasión que los trabajadores del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, en ejercicio de su derecho humano y garantía constitucional se ven obligados a recurrir al paro de actividades para recibir el pago legal y contractual de sus salarios y prestaciones laborales. El reclamo no es caprichoso, no es eventual, no está motivado por ambición económica ni política, es porque conforme a la Ley y al contrato laboral les corresponde y debieron ser pagadas al principio de diciembre. Según el presidente del Tribunal Superior, Rafael Guerra Álvarez, la causa del no pago en el tiempo legal y contractual, es que el Tribunal no cuenta con los 2 mil 220 millones de pesos necesarios para hacerlo, situación que el mini presidente conocía desde el mediados del mes de noviembre.



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En efecto, mediante oficio SAF/SE/DGPPCEG/6556/2022 de fecha 18 de noviembre del 2022, el Director General de Planeación Presupuestaria, Control y Evaluación del Gasto de la Secretaría de Administración y Finanzas del Gobierno de la Ciudad, contestó al Oficial Mayor del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, que no se les darían los 2 mil 220 millones de pesos solicitados para el pago de salarios y pasivos laborales solicitados. La razón, el gobierno de la ciudad no ha alcanzado la meta de ingresos para este año, rematando su oficio diciendo que el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México es un órgano autónomo al que la Constitución Política de la Cdmx otorga autonomía presupuestaria, por lo que es responsabilidad exclusiva del Tribunal presupuestar, manejar, administrar y ejercer sus recursos de acuerdo a la Ley de Austeridad. En pocas palabras, ¡Chínguese Juan, pero no toque mis manzanas!


Entonces, hay de dos, o el presidente del Tribunal Superior, Rafael Guerra Álvarez y su Oficial Mayor, NO incluyeron en el presupuesto para el 2022 la cantidad pre sabida de 2 mil 220 millones de pesos necesarios para el pago de salarios y pasivos laborales o la Jefa de Gobierno de la Ciudad que sabía de antemano que se requerían esos recursos reservó o reserva la ministración de tales recursos para mejor destino, como por ejemplo las elecciones del 2024.


En cualquiera de los supuestos u otros que sean, la Jefa de Gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum y el presidente del Tribunal Superior, Rafael Guerra Álvarez, no solo están violando los derechos humanos, constitucionales y legales de los trabajadores del Tribunal Superior de Justicia de la Cdmx, sino también los derechos humanos y garantías constitucionales de los gobernados, ciudadanos o no de la Ciudad de México, consagrados en los artículos 17 de la Constitución Federal, 3.1 y 2 inciso a), 4. A, 5.1, 3 y 4 y apartado B, 6 apartado H, 7.1, 10 apartado C, incisos 3, 6 y 10 de la Constitución Política de la Ciudad de México, así como los artículos 2.1, 8, 10 y 12 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 8.1, 11 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José), no solo por no respetar y cumplir con las obligaciones laborales a su cargo, sino además, porque con su conducta están privando a los gobernados del acceso a la administración de la justicia.



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El presidente del Tribunal Superior, Rafael Guerra Álvarez, su oficial mayor y su director de servicios administrativos, ya traen cola que les pisen por su pésima administración y desprecio a los trabajadores del Tribunal, abogados litigantes y público en general que tiene el infortunio de tener que acudir ante los diferentes juzgados y salas superiores en reclamo de justicia, en las que nos hemos percatado no solo de la imperiosa necesidad de mayor número de juzgados en todas las materias, sino también de la carencia de sanidad en los recintos por el hacinamiento no solo de personal, sino también de expedientes en cada juzgado y/o sala, en los que los sumarios se encuentran apilados en el piso sin seguridad alguna para las constancias de cada juicio y/o atiborrados en las supuestas áreas de audiencias; no hay papel y no me refiero solo a los baños que son un asco, sino al necesario para imprimir las actuaciones judiciales; escritorios y pocas sillas desvencijados; sin ventilación ni aire acondicionado ¡porque no lo han querido reparar! ¡no hay dinero! bueno, eso dicen y, pese al desmesurado aforo en los edificios judiciales, mantienen elevadores sin funcionar, bueno, un día sirven unos y al siguiente los otros y, salvo que las máquinas se pongan de acuerdo para el trabajo alternado, es claro que la administración lo dispone así ¡para ahorrar dinero en energía eléctrica!, ¡austeridad franciscana!


Para el presidente del Tribunal Superior, Rafael Guerra Álvarez y la jefa de gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum, el mandato constitucional local para que el empleo y desarrollo del sistema electrónico judicial para la tramitación de juicios en línea se cumplió con la habilitación, muy tardía por cierto, de la posibilidad de presentar escritos electrónicamente, sin que puedan arrogarse como logro la publicación de los acuerdos en la misma vía, dado que ese Sistema Integral para Consulta de Resoluciones (SICOR) ya estaba implementado con anterioridad a que asumieran sus respectivos cargos, pero nada relevante han hecho para el desarrollo del sistema, como tampoco para la creación de más juzgados de sistema mixto y de oralidad.


Pese a que la dignidad humana, el respecto a los derechos laborales y el acceso a la justicia pronta y expedita son derechos humanos y derechos fundamentales reconocidos en las constituciones federal y local, por sus actos, para el presidente del Tribunal Superior, Rafael Guerra Álvarez y la jefa de gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum, el respeto a tales derechos se encuentra sometido a la austeridad franciscana y al cochinito para la elección del 2024. ¡Chínguese el pueblo, mientras amarro lugar!

 
 
 

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