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NO CULPES AL INDIO

  • Foto del escritor: jmramirez7
    jmramirez7
  • 7 dic 2022
  • 6 Min. de lectura

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Grosso modo, la democracia es una forma de gobierno en la que existe participación popular, en la que los ciudadanos pueden elegir y controlar, de manera directa o indirecta, a los gobernantes que los representan. Es el sistema de gobierno ideal reconocido a nivel mundial y conforma uno de los principios básicos de las Naciones Unidas.


Como parte esencial, en la democracia debe existir participación política y pluralismo; esto es, debe existir diversidad de personas y/o grupos de representantes con intereses diferentes o antagónicos; que analicen, propongan, sostengan, fundamenten e impulsen las diferentes voluntades de toda la sociedad.


Lo anterior implica que la persona ciudadana de México de cualquier sector, ámbito, situación social, económica, profesional o política, sin importar sexo, preferencia sexual, su actividad lícita, instrucción académica, estado físico, talla, complexión, sea carita o más feo que pegarle a Cristo en viernes santo, puede votar y “ser votado” para desempeñar un cargo de elección popular. Así lo garantiza el artículo 35 fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) y los artículos 21, 23 y 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención Americana de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, respectivamente. De ahí que en México cualquier persona con 21 años puede ser diputado (art. 55 fracc.II CPEUM) y con 25 años puede ser Senador de la República (art. 58 CPEUM), sin importar ideología, inclinación política, que sea analfabeta o ignorante supino o se haya tardado 14 años en concluir los estudios universitarios, dado que este derecho solo puede ser restringido a personas que se encuentren bajo proceso penal o estén sentenciados y únicamente por el tiempo que dure su condena.



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Basados en ese derecho los partidos políticos ávidos de obtener curules y cargos de elección popular a través de sus afiliados o no, desde hace varios años (legislaturas) han dado por ofrecer, apoyar y lograr diputaciones y senadurías a personas que no tienen la mínima chinche idea del trabajo legislativo, legal y a veces, sin preparación académica, ni experiencia ya no en la labor legislativa, ni en el trabajo público o en el partido postulante, ¡vamos! ni siquiera en trabajo lícito alguno, pero que cuentan con dinero para financiar su campaña y para donar al partido y/o popularidad entre la población en general y/o agrupaciones y gente que los sigue. Así hemos tenido y tenemos a legisladores como Irma Serrano “La Tigresa”, Doña Carmelita Salinas q.p.d. (PRI), Sergio Mayer (Morena), María Clemente García (Morena), Lilly Téllez (Morena y PAN) entre otros.


De acuerdo con información oficial, para la actual legislatura (LXV) la coalición Morena – PT – PVEM, postuló a 70% de candidatos que no son sus militantes, mientras que la coalición PAN – PRI – PRD, echó mano de externos en el 36% de sus postulaciones, entre los postulados hay cantantes, artistas, deportistas, empresarios y familiares de integrantes del gabinete presidencial, que lo que los identifica y distingue es su carencia de antecedentes en la política, en el sector ámbito público y, desde luego, en labores legislativas; por ende, NADA saben del trabajo de legislar de manera seria, profesional, responsable e independiente, pero por su arrastre popular o aportación económica ocupan sus respectivas curules.


Algunos de estos arribistas, realizan opacos intentos de trabajo legislativo que, en la mayoría de los casos ni siquiera su partido los pasa a estudio en comisiones; otros, la mayoría, transcurren su legislatura de muertito, culiplanchando la curul y de levanta dedos a lo que el presidente de la República, el del respectivo partido o el líder de su bancada ordenan, pero todos gozan de los salarios, prestaciones, bonos, beneficios y de hasta de liquidación por la conclusión de su inocua gestión.


A ese mal se suma el que la gran mayoría de los 500 diputados y de los 128 senadores de la República carecen del más elemental conocimiento legal y económico. Es más, créeme, la gran mayoría desconoce cuántos artículos tiene la constitución federal y mucho menos conocen sus postulados, de ahí que desde hace varios años, el trabajo legislativo esencial para el país sea deficiente, contradictorio y en muchas de las veces resulte inconstitucional.


Debido a la supina ignorancia de las y los legisladores, muchas de esas personas ávidas de reflectores y menciones en los medios masivos de comunicación, al utilizar la tribuna, lejos, lejísimos, de realizar propuestas, planteamientos, debates u objeciones serias, avezadas, formales y fundadas, utilizan el púlpito legislativo para insultar, calumniar, denigrar a una persona específica o al grupo parlamentario opositor, lo que realizan en medio del ajetreado barullo plétora de gritos, chiflidos y mentadas de madre tanto para el vituperador, como para sus defensores y su grupo parlamentario y de paso, ¿por qué no? para todo presente en el recinto. NO, no es el fragor de la batalla legislativa; no es romería, eso es un mercado corriente, vulgar, insulso, vacuo e inútil y solo muestra nítidamente la perversidad y el descaro con los que “esos y esas” pseudo legisladores derrochan el dinero de los mexicanos en las estupideces con las que pretenden ganar cámara ante la audiencia general y lugar como aguerridos ante sus líderes; en tanto, los proceso legislativos necesarios y de calidad que requerimos México y los mexicanos si es que los llega a haber, duermen en los cajones de la indolencia de los payasos y payasas legisladores.


Ni siquiera se puede decir que esas y esos merolicos y bufones pretendidos émulos de Jesús Martínez “Palillo” (Humorista carpero crítico de político 1913-1994) con sus vituperios aporten algo a México o a sus partidos o a las facciones a las que pertenecen los payasitos. NADA, no aportan NADA y, los líderes de las bancadas y partidos del color que sean, cómplices indolentes del vulgar actuar de sus correligionarios, no solo se lo permiten, sino además cual al perro de casa los azuzan para que repita el numerito ¡Qué Vergüenza! Grito que se perderá habida cuenta de que esas y esos legisladores no la tienen, ni decoro, ¡No tienen madre!



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Ejemplos…, lamentablemente hay muchos…, el ñero picapleitos Fernández Noroña, la corriente Citlalli Hernández, la diputada puta – -epíteto autoimpuesto y hecho público por la propia legisladora– María Clemente García, que no sorprenden por ser quienes son y militar en la coalición de Morena, por lo que no les daré más tinta. También está la insulsa, gritona, chapulín, Lilly Téllez que de expresentadora de noticias en tv azteca, sin mérito alguno en el ámbito político, se acomodó en Morena y, ahora, obtuvo cabida en el PAN en donde es tolerada y aplaudida por el ineficaz presidente nacional de ese partido Marko Cortés Mendoza y por el coordinador de los panistas en el senado Julen Rementería, senadora que con ahínco utiliza el atril legislativo para ganar cámara y popularidad por sus peroratas escandalosas e injuriosas, pero sin ninguna propuesta seria ni debate de altura, su vulgar alboroto probablemente jale adeptos entre el pópulo que gusta de pleitos de lavadero e insultos de arrabal, es más parecido al del cacas y adecuado para un show de la intolerable Laura Bozzo o de la señora Rocío Sánchez Azuara; incluso, para un caso cerrado de la doctora Polo, pero no para representar la voz del PAN en el senado de la República y mucho menos, en el Congreso de la Unión. Pero… ¡No tiene la culpa el indio sino quien lo hace compadre!


Don Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna junto con los demás fundadores del principal partido opositor en México, se han de retorcer en sus tumbas al escuchar las diatribas carperas de la senadora hoy panista, mañana quien sabe; Don Manuel de Jesús Clouthier hombre de gran valor y elocuente discurso con contenido serio, agresivo sí, pero ilustrado y propositivo, que ya había tenido bastante con el chaquetaso de su hija Tatiana, ha de brincar rabioso ante la falta de contenido de los discursos de Lilly, en tanto que Don Carlos Castillo Peraza, ha de golpear su frente en las paredes de su ataúd gritando mándenla al Instituto de Estudios y Capacitación Política del PAN para que se pula porque así, con ese discurso, actitud y conducta NO puede pretender ser candidata a la presidencia de la República.



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El PAN tiene excelentes y avezados legisladores, como el senador Damián Zepeda, quien además conoce el funcionamiento interno y externo del partido, que puede sobrepasar las discrepancias con propios, aliados y opositores y posee mayor autoridad moral para hablar de temas nacionales ¿Entonces, por qué necear con la tolerancia para la señora Téllez?


En la entrega anterior https://ventilandoelpunto.wordpress.com/2022/11/29/es-la-hora/, expresé que ya es tiempo que la oposición, exponga con vehemencia, certeza y transparencia las grandes y atroces mentiras que pregona y presume como logros el atrabiliario presidente de la República ¡hay que encuerar al embustero! hay que hacerlo con la verdad, con datos duros, reales, provenientes de los propios sitios oficiales nacionales e internacionales y hay que proponer y, la oposición, el PAN, tiene la obligación de proponer seriamente, con mente de estadista y la vista puesta en el futuro de México y no es con denuestos, mentiras y superficialidades de lavadero y arrabal con las que reconquistará al electorado. ¡Propuestas, Respeto y Dignidad señoras y señores!

 
 
 

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